Rocco 0-Pub Ulises 2

Hace unos cuantos meses, en este mismo campo, la Rocco con 10 jugadores, goleó al contrario. Aquella vez comparé la épica del partido con la batalla en las Termópilas, donde unos pocos griegos (5000 más o menos) frenaron durante tres días al inmenso ejercito de Jerjes... Sin duda fue épica aquella victoria pero no se ajustaba a la realidad historica tan bien como el partido de esta semana, ya que al fin y al cabo, aunque su gesta fue a medio plazo una victoria, la realidad es que todos ellos murieron vencidos por la traición y la superioridad numérica del enemigo.
Este partido, sin duda se parece mucho más a aquel legendario episodio, Efialtes (como no), fue el arbitro, los persas los del Pub Ulises, con un campo repleto de jugadores y un banquillo dispuesto a reemplazar a todos los del campo. Igual que los persas, los de blanco, tenían una buena equipación, un patrocinador con el que surtir sus arcas, una pericia futbolera cuestionable y una moral frágil como la de aquellos persas que se retiraron incontables veces acobardados de las lanzas espartanas. En aquellos días esparta mando a trescientos pues las fiestas sagradas retenían a la mayoría, los de granate eran 9 (Alex, Popper, Toni, Carlos, Dubra, Juan B., Diego, Juan V. y Saúl) gran parte de los suyos estaban retenidos en la boda del presidente. Igual que aquellos, la esperanza de los Roccenses era resistir, y tal y como paso entonces, al final fueron derrotados... con gloria.
Al empezar el partido, los roccenses valoraron las fuerzas contrarias con cautela, replegados tras la linea del medio campo, pero rápidamente se dieron cuenta de que el contrario era muy blando. El tridente roccense comenzó a pinchar las blandas carnes de Pub Ulises y para su sorpresa no era difícil llegar arriba. En seguida la sorpresa se convirtió en certeza, llegando varias ocasiones de flagrante gol, la primera un pase milimétrico de Popper que deja a Juan Vidal en ocasión inmejorable, rematando una bolea bien dirigida, pero no lo suficientemente rápida que ataja a duras penas el portero que rueda por el suelo, portero que fue el autentico salvavidas de los de blanco. Saúl y Diego corren esquivando a las enlentecidas ordas del Ulises, regates, faltas, todo lo que sea necesario para detener a los granates. De echo, prácticamente cometen el doble de faltas que los Roccenses, y con apenas 30 minutos de partido empiezan a pedir insistentemente la hora, ¡¡¡si!!! ¡¡los que tienen 11 jugadores piden tregua a los que son 9!! El medio campo se ha transformado en una pesadilla, Carlos aparece como la muerte, impredecible, llevándose por delante todo lo que se atreve a acercarse, mientras tanto, esperando pacientes, como una araña en su tela, Popper, Juan terminan con los pocos que pasan compartiendo el festín de carne roja con Toni y Dubra que hacen lo propio en las bandas, recuperando y subiendo balones ante la impotencia de los contrarios que gimotean sin parar, "¿¡cuanto falta arbitro, cuanto falta!?". El arbitro parece oírles, y poco antes del final de la primera parte pita un penalty inexistente en una zona lateral del área cuando Diego Dubrá se adelanta y toma el balón estampándose el de blanco en él como un huevo contra una pared. Esta pena máxima contituyó la única ocasión de gol de toda la primera parte, el penalty, fue lo más cerca que estuvieron de un aburrido Alex. Sin embargo tener razón no es suficiente y llega el primer gol.
La Rocco, rabiosa por la herida, se asilvestra y pierde el orden durante los últimos momentos, la calma vuelve en la charla del banquillo, hay que seguir igual.
La segunda parte recupera la tónica inicial, la Rocco ha perdido el respeto, Carlos cabecea peligrosamente hasta en tres ocasiones, pero el portero de los del Ulises es con diferencia el mejor jugador contrario, Popper pica una falta baja y Diego se encuentra con el portero que consigue salvar in-extremis los papeles. Saúl, más enganche que punta hace valer su superioridad y empuja el ataque, pero entonces, en pleno acoso, cae el segundo, literalmente, un centro chut despistado e inofensivo hace que el balón describa una curva que termina desde la izquierda en un balón que se ciñe a la cruceta derecha... no se puede luchar contra la mala suerte. Sin embargo, la Rocco sigue intentándolo, el cansancio a penas es patente, pero el gol no llega. Una jugada puntual nos hace pensar en el 3-0, un contrario consigue pasar el muro defensivo y se enfrenta a Alex cara a cara, pero si no media la ayuda del arbitro o el azar, Alex no tiene intención de dejarse batir, abre los brazos y desvía el tiro con cierto desdén, los del Ulises maldicen. Sin embargo la suerte está echada, los minutos pasan fatídicos e infructuosos, si no es el portero son unos pocos centímetros, pero al final el pitido del silbato indica que no hay nada más, el arbitro y los contrarios nos felicitan, el merito es nuestro, pero está derrota sabe a poco. Un partidazo de la Rocco.