27 diciembre 2006

La última cena.

Quedamos todos en el reservado de la Green Street para tomar un pequeño refrigerio antes de la cena, la gente encendía habanos o pitillos importados mientras saboreaba una copa de Moët-Chandon o algún güisqui añejo luciendo impecables fracs de cuello blanco y relucientes gemelos de oro. La charla era distendida y el tema variado: partidos de polo e inversiones en valores extranjeros. Nano con un gesto hizo que el sirviente hiciese sonar la campanilla, enseguida todos prestamos atención mientras nos indicaba que podíamos disponernos a ir al comedor. A paso ligero los comensales cruzaron la calle haciendo sonar sus bastones de puño de plata en un repiqueteo que lleno de ecos glamurosos el bello barrio residencial. La Borracha genuflexionada nos fue dando el paso mientras los apuestos caballeros ascendían al comedor superior cuyo exquisito artesonado de madera obligo a los presentes a admirarse y desatender la suntuosa mesa que se había preparado para la ocasión, en la que las viandas rebosaban con una opulencia sin precedentes. Los hidalgos roccenses fueron dejando sus capas y sombreros de copa mientras saludaban educadamente a unas damas que habían sido provisoriamente instaladas en una mesa próxima a las que no dejaron de galantear con desmedida educación e ingenio.

El festín parecía no tener fin, y un airecillo misterioso mecía suavemente la llama de las velas en los candelabros de plata, la corriente fué en aumento y algunos trataron de cerrar prestos la ventana, aunque por desgracia ya no había vuelta atrás con sus efectos.

Tras los entrantes llegaron las carnes, que en una autentica hecatombe llenaban la mesa colmando cualquier apetito: carnes rojas fuertemente condimentadas y blancas finamente cocinadas, los exquisitos y variados acompañamientos y las salsas más digestivas y deliciosas. Entre tanto los grandes reservas y los espumosos se escanciaban sin mesura entre brindis y brindis de Tron interrumpido más de una vez por ensordecedores aplausos.

Abrió el baile Pippers, agraciado poseedor del boleto premiado de la lotería de la peña, que se deslizó por el suelo con una danza de su invención inspirada en los videos de National Geographic de una morsa en celo. Las finas palabras y las cortesías se intercambiaban sin ponderación, una muestra: pepitilla, Albelda… y otras que no hará falta recordar. Los postres eran variados hasta el extremo de la consternación del más famélico, finos licores aguardentosos, café Blue Mountain, vinos dulces y puros de las mas vetustas vitolas de la vieja Habana, Montecristos, H. Upmman, Cohiba o Sancho Panza. Al final nos retiramos entre risas, la minuta era ridícula para tal fasto, y así se lo hicimos saber a la Borracha mientras cubríamos la mesa de billetes de 100.

La noche siguió placida de vuelta a la Green Street donde la gente, amablemente y sin temor por su integridad, fue dejándonos libre un pequeño rincón apartado para dar rienda suelta a nuestro esparcimiento. Allí Suarez hizo las delicias del público con un número de faquir sobre vasos rotos, mientras el fornido Tenacitas –apodo que le dio Michi al camarero debido a su incapacidad de cerrar los brazos- reía entre bandeja y bandeja llena de bebidas por tan alegres y jocosas bromas. Finalmente Eloy se derrumbó y rompió a llorar emocionado e inconsolable preguntándose que haría sin la Rocco ahora.

Mas tarde, en oscuros cabarets se comentaron temas más personales como cual es el mejor burdel de la ciudad, y mil cosas más en una noche que terminó para algunos a eso de las cinco, para otros quien sabe... no se ¿a las 10am?.

18 diciembre 2006

Rocco 0-Carpatos 4. La culpa la tiene Tron.

Después de mucho pensar sobre ello Bouzas llegó a una conclusión que ha dado el titular de esta crónica, de alguna forma misteriosa que no acertamos a explicar, la culpa es de Tron, aun no sabemos como lo ha conseguido puesto que no vino pero sin duda el es el responsable.

Un lamentable retraso de hora de mi reloj cerebral me hizo llegar en el descaso de la segunda parte, en el vestuario se estaba cambiando Diego, Pris y… ahora no caigo quien era el otro si lo había. Por lo que me dijeron el partido estaba bastante poco emocionante, perdíamos 1 a 0 pero no había habido muchas ocasiones. La lluvia caía en lo que vulgarmente se llama calabobos, y allí estábamos todos mojándonos.

En el trayecto de vuelta al campo me encontré con Nano que tenía molestias y había pedido el cambio. Sentado en el banquillo improvisado en la grada (que estaba a cubierto de la lluvia) Ángel disfrutaba de aquel espectáculo infernal mientras todo parecía seguir igual, por lo que decía.

En el campo estaba Jordi en la portería, Carlos, Bouzas, Popper, Iván, Alberto, Toni, Michi, Pippers, Seco y Eloy.

Los Carpatienses tranquilamente plantados en su campo esperaban a hincar el diente al menor descuido, mientras la Rocco se esforzaba por atacar pero sin concretar nada más que lamentos entre el público. Toní se queja de una molestia y pide el cambio, Juan Vidal no entra con buen pie pues es justo después del segundo gol de Carpatos cuando entra en juego.

La cosa no cambia demasiado, la Rocco sigue haciendo kilómetros y kilómetros y los Carpatos, cual buitre mirando a explorador en el desierto, aguarda al error. Una docena de “¡uyyyyyy!!!” propiciados por los Roccenses y que no cuajan en el gol se intercalan con un contraataque de los vampiros que con precisión de robot culminan la primera ocasión que tienen de hacerlo con un tanto. Los nervios como siempre, las ganas de cada uno de echarse a la espalda el peso del partido vuelven a lastrar a la Rocco que como un caballo salvaje da coces al aire mientras el domador espera con calma para atraparlo. Esta situación no es diferente de otros partidos anteriores en los que se ha producido un juego equivalente. La Rocco sale con mucha fuerza pero demasiado inconscientemente, el contrario aguarda mientras sus delanteros, muy retrasados, esperan el error y cuando este se produce lo aprovechan. La tónica de los partidos es una Rocco dominante derrotada con una, dos o cuatro ocasiones de gol del contrario, pienso que si se consigue encontrar la manera de refrenar el desenfreno Roccense, la Rocco comenzará a arrasar porque hasta ahora todos los equipos que he visto salvo un par, eran claramente inferiores. El tercer gol hace que muchos bajen los brazos, que maldigan entre dientes a propios y extraños, otro defecto de la Rocco es que no suele digerir bien la humillación, el sentimiento de individualidad crece con cada gol en contra hasta que llega un punto que en el cerebro del roccense desaparece el equipo para ver en los demás la culpa de su propia humillación, lo cual conduce al autentico final. En esta tesitura llega el cuarto y definitivo gol, y no mucho después el pitido del minuto 90 del que ya no hay apelación.

En el vestuario quien más quien menos espera que los extraños ingredientes que la Borracha mezcla en su marmita de zorza letal puedan producir algún cambio que nos haga encarar la segunda vuelta con ganas, Jordi ofrece de nuevo su dimisión como si el tuviese la culpa y en fin, ya se sabe unas cosas y otras, la gente habla poco del partido recupera el sentido del humor y que si sois unos hijos de puta, que si en el calendario egipcio el 22 es sabado… En el fondo, todos sabemos que esta derrota era para hacer que Eloy se pueda marchar con orgullo, con la cabeza alta de haber tomado una buena decisión. La despedida será en la cena a la que esperemos pueda ir todo el mundo, hay que comer de la zorza “chernobil”….ya se sabe mutar o morir.

PD: Crónica adaptada para personas con Bouzanismo, léase solo lo que está en negrita.

12 diciembre 2006

El silencio de los corderos:Rocco 0-Silva Pepin 0

¡¡¡¡Uhuuuuuu!!!! ¡¡¡Qué viene el lobo!!! No queridos y escasos lectores de la columna deportiva de la Rocco, no es un cuento, no es turrón de la cesta de la asociación, viene el lobo.
La situación es la siguiente, la próxima jornada nos enfrentamos a Carpatos, inquietante nombre por lo que evoca de siniestro (ya se sabe, de conde chupasangre, del primero de la clasificación con menos glamour del fútbol mundial). La situación actual después del último y semiaburrido empate es que la Rocco se encuentra tercera por la cola, pero en un apretado pelotón de perdedores, con ganar un partido y que los otros no lo hiciesen ascenderíamos hasta la mitad de la misma. Pero hablando de cuentos, no vamos a representar el de la lechera porque ya sabemos como acabó, aunque contamos con una ventaja que no tenía la lechera, más abajo es difícil caer…. aunque no imposible.
Los patos, si es que había alguno, pasaban ampliamente del encuentro de la Rocco en el campo del lago artificial de Sabón, no quedaba ni el monstruo de Lago Sabonés que por lo visto se suicidó la semana pasada al saber el partido que se iba a jugar. Solo el frío y una suave sensación de irrealidad –propia de la hora y el día- entumecía los huesos.
Había parado de llover y el terreno de juego apenas mostraba alguna pequeña zona pantanosa, pero al pisarlo te hundías ligeramente, como en mantequilla. El vestuario apestaba a tabaco y cerveza, las colillas estaban aplastadas por todo el suelo y un calendario del 2002 rezaba “mejorando por usted”. Poco a poco fueron llegando los roccenses, Jorge “Tron”, Nano, Jordi, Eloy, Popper, Pippers, Carlos, Toni, Bouzas, Suarez, Diego, Saúl, Seco, Alberto y Juan Vidal, quien más quien menos, recien salido de la cama.
El pitido inicial coincidió con Eloy saliendo del vestuario. Como es costumbre la Rocco jugaba con cierta dejadez del que es mejor, desde el principio Silva renunció al ataque y se conformó con aguardar a un error de los nuestros. De hecho las únicas ocasiones de peligro para Tron ocurrieron en sendas jugadas aisladas fruto más bien de nuestro mal hacer que de otra cosa. Destacar la parada felina de Jorge “T” a un tiro a bocajarro a cuatro metros, muchos han indicado que le tiraron al cuerpo pero creo que es justo reconocer su buena intervención ya que nunca se escatiman “elogios” para sus otros momentos populares, en cualquier caso, lo mejor para un portero es no ser protagonista de un encuentro, y este fue el caso.
Jordi bastante desesperado gritaba al árbitro por algún que otro fuera de juego dudoso, lo cual dio pie a que este tomase cartas en el asunto. El colegiado era un hombrecillo de aspecto gris y con cara de cansancio, paró el juego y estando como estaba en la otra banda cruzó el campo con cierto aire de paso de Semana Santa en medio de un silenció sepulcral por parte de ambos bandos ¿iba a amenazar? ¿iba a poner una tarjeta?¿iba a…? ¿pero qué diablos está haciendo? Mientras se acercaba a alguno nos parecía oír la musiquilla de “Por un puñado de dólares” quizás solo una melodía de movil inoportuno. Por fin, se encararon entrenador y arbitro, pero no hubo una palabra más alta que otra, resumidamente el del silbato le dijo a Jordi que pitaba lo que veía, y Jordi le replicaba que pitaba lo que no podía ver, la cosa se alargaba improductivamente, así que ante la amenaza de una tarjeta y de prolongar aquel dialogo de besugos demasiado rato, el mister optó por darle la razón… como a los locos. El partido siguió con algún que otro incidente, Diego se hace daño en una entrada pero como es habitual en él aguanta estoicamente el castigo. Pippers protagoniza un encontronazo con uno de Silva (un chico bastante gimoteante) que empieza a proferir alaridos de dolor, espontáneamente a nuestro jugador le sale un “no seas cantante” que produce la sonroja y curación instantánea del silvano y las risas del banquillo.
Entre tanto llegaron Juffé y Meni alias“el quebradizo” y se animó un tanto la charla en el banquillo. Los elegidos que han estado en el banquillo de la Rocco alguna vez ya saben como es una charla animada allí, en general y básicamente se pasa la mayor parte del tiempo rajando de los que juegan, en este caso hubo un poco de todo. Y asi, sin demasiado que añadir acaba el primer tiempo con el cero a cero y la sensación de falta de contundencia.
En la segunda parte, Diego sale por Sául y Popper –cuyas botas nuevas piden sangre- por Suárez que ha hecho un partido muy correcto. Es el primer partido “en serio” de Popper con una actuación irregular en este encuentro aunque esperamos que el estrés lo devuelva poco a poco a su estilo genuino.
Diego pasa entonces a un nuevo papel de reportero de guerra usando la cámara que el usurero del banco le ha dado a modo de vaselina después de cerrar negocio –por cierto, cuando inaugure habrá que visitar su librería ¡y comprar algo! ¡miserables!- por lo que las jugadas de las que hablo a continuación tienen video… que todavía no he visto. Así que, como en “El día después” tras analizarlo podremos no llegar a ninguna conclusión de la jugada polémica del encuentro. En ella Seco, en uno de sus desbordantes 25 metros logra hacer un pase letal a Alberto que encauza el balón al fondo de la red, nuestro delantero jura que veía el número de Seco cuando el pase, pero el árbitro anula el gol de la victoria por fuera de juego. Las imágenes lo dirán.
Entre tanto llega la jugada brasileña del encuentro, no se si podré ser fiel a la misma ni si obvio a algún interviniente, pero fueron demasiados toques para mi pobre memoria, en ella Eloy da un gran pase al area, que finalmente Seco controla con elegante sombrero al defensa para terminar en un nuevo pase a Eloy que no puede rematar la jugada con el gol. Más tarde explicaría que hay 80 maneras de golpear el balón y que no pudo decidirse por ninguna, tambien está grabado. Las cosas no van mucho mejor en esta segunda mitad pero Jordi decide retrasar a Seco para que sirva de enlace, esta reestructuración parece dar más vida a la delantera y poco a poco la presión repliega a Silva que si antes buscaba un contragolpe afortunado empieza a pensar que la fortuna sería mantener el empate. En los últimos minutos entran en juego Jordi y Juan Vidal. El empuje de la Rocco aplasta todas las líneas de Silva detrás del medio campo y el balón se pasea peligrosamente cerca de la raya de gol contraria. Lo que era un centro de Juan Vidal –que acaba en el suelo, otra vez- termina convertido en un tiro a portería (que por poco engaña al portero y a todos), el rechace propicia una serie de corners en los que la defensa sube para intentar el remate que nos de la victoria, sin embargo todo son maldiciones y sin apenas descuento el partido termina con un injusto empate por los desméritos de unos y la buena disposición final de los nuestros. La Rocco a dado mucha mejor cara en este encuentro que los anteriores, el campo pesado no favorecía a nuestros correcaminos, como Toni, Saúl o Bouzas –que hizo valer sus horas de ciclismo de alta montaña con una espectacular carrera en la banda a codazo partido con un Silvano- destacar la creatividad de Seco y el buen entendimiento cuando juega más retrasado con Alberto y que creo que podría resultar una combinación letal con la reaparición de Iván. Eloy volvió a realizar grandes pases. Pippers lleva unos partidos en los que se le ve descentrado, esperemos que recobre pronto la chispa que ha dado algún que otro gol memorable, viéndolo jugar en verano en las pachangas de El Burgo pienso que no rinde todo lo que podría.
Me gustaría pensar que dentro de unos días la Rocco se decida por poner de nuevo la clasificación patas arriba machacando al primero, porque la Rocco solo gusta de machacar a los que asoman la cabeza, si es que estamos locos, pero muy locos.

PD:Fotos, amenazas, chismes y demás documentos gráficos se pueden mandar al correo penarocco@gmail.com .

Próximo encuentro: ROCCO GREEN St.-CÁRPATOS 16-dic 16:00 TORRE SINTÉTICO