Tras la primera victoria desde el comienzo de la pretemporada, la trayectoria del equipo se visualiza como claramente ascendente, primero un mejor juego, y ahora los goles. Es el momento de invertir en la Rocco, un valor que pronto estará en lo más alto del mercado del fútbol que es la liga de peñas.
Con el gesto aun desplazado por el severo tirón de orejas del vicepresidente Meni recordándonos que la gloria pasada es para los muertos, se enfrentaban los Roccenses a la prueba de fuego de empezar una racha... en el sentido que fuese... el espíritu de Meni nos vigilaba inflexible desde el cielo... en algún helicóptero supongo.
La mañana era fría y húmeda, la niebla propiciaba el choque de buques en medio de la bruma cuyos muertos se ocultarían a los ojos de todos... pero el mal agüero se disperso tan deprisa como la niebla, y mientras los Roccenses, Alex, Nano, Popper, Toni, Bouzas, Pippers, Jordi, Diego Dubra (por fin con ficha), Tron, Diego, Carlos, Michi, Juan Vidal, e Iván alias "Guilligan", llegaban en un goteo implacable, la hierva sintética comenzó a tostarse bajo el sol semiotoñal de la torre.
El campo, impecable, pero se acusa el grave defecto de haber sumado medio metro más a su altura, mientras que han retirado las vallas, lo que promete a todas luces, un reguero de balones dispuestos a flotar junto al hundido Mar Egeo.
El partido empezó, con fugaz timidez, la Rocco acosaba a los de Arrancapinos, y conforme pasaban los minutos, se hacía cada vez más patente la realidad de que aquello no era una superioridad pasajera. Jordi en la banda exhortaba a los granates contra las ordas rojas que se conformaban con alejar el balón, lo más lejos, en cuanto tenían contacto con él.
Cada vez más vertical, el equipo encontró en Iván una estación en la que aparcar los ataques que se continuaban sin conmiseración por las bandas, siendo la punta de diamante de todo el ataque. Ángel encontró seguridad en la vuelta de Carlos al once, capaz de hacer naufragar cualquier intentona por el centro, mano a mano con Pippers (inagotable). Las bandas se convirtieron en una autopista granate, Toni se precipitaba desde atrás apoyando por la izquierda ese extraño tridente formado por Diego, Ivan y Juan Vidal. Bouzas hizo valer su experiencia y termino por convertir la banda izquierda en un matadero en el que él y Ángel tronzaron pinos sin mesura. Es por ello que muchos ataques trataron de orientarse por la banda izquierda de los Roccenses, por desgracia, por allí tampoco la cosa podía prosperar, Pippers, Diego y Toni, se encontraban de un ánimo poco comprensivo. Pero el azar siempre deja una brizna a la sorpresa, Nano y Popper fueron completamente intransigentes en este sentido.
Sin embargo, las continuas oleadas Roccense parecían no terminar de sobrepasar la escollera de los de Arrancapinos. Sin embargo, el continuo ir y venir de los incansables jugadores granates ayudo en el gol, según dicen los eruditos, la abrumadora presencia roccense fue crucial para confundir al portero rojo, que se había mostrado seguro durante todos los escarceos de los visitantes, cuando terminó por dejar pasar un balón por entre sus piernas que llegó al fondo de la red pérfidamente despacio. Carlos besó el santo, su primer gol en su primer partido.
Pero como decía el azar siempre se guarda alguna sorpresa. Una falta inexistente al borde del area visitante, estuvo a punto de costar un gol, Alex, confiado, placo el balón, pero este resbaló para caer a merced de uno de los de rojo, que disparo fuerte y desviado contra el poste derecho, las maldiciones se multiplicaron cuando el rebote se perdió definitivamente en la defensa Roccense, solo un susto.
Detalles a parte, la tónica no varió en absoluto y la segunda parte recomenzó con una tendencia similar, no obstante, la habitual apatía roccense de los inicios que tantos partidos nos ha costado, duro apenas cinco minutos, los de Arrancapinos estaban tan absortos en su defensa, que si alguna vez quisieron reaccionar, nunca llegaron a hacerlo. Entró Tron, en su linea habitual y Michi, que jugo más retrasado teniendo la oportunidad de repartir juego en la banda derecha, con tesón recupera la forma preveraniega. Diego Dubra, aun en rodaje, cumplió dignamente con sus primeros minutos en el campo tras su fichaje. Dos carreras en solitario de Ivan y Pippers acuñaron un resultado menudo que oculta un gran partido de lucha, el Mister Jordi parece controlar el repentino picado de la nave después de improductivo comienzo, pero no puede confiarse, la Rocco es temperamental ¿qué sorpresas deparará el próximo partido?.
