Los cracks no levantan al equipo. Rocco 0-Kaisers 0

Pelea igualada de nuevo, pero esta vez en la parte baja. El regreso del hijo prodigo Roccense, Alberto, solo sirvió para que no se repitiese el marcador del partido anterior, aunque esta vez la lucha era con otro de los equipos que pelean por los honrosos puestos de descenso virtual.
Paradójicamente, y con un partido menos, la Rocco se encuentra a 10 puntos del tercero, en la práctica y con una victoria en ese partido, a 7 puntos, lo que habla un poco de como está la situación en la tercera de peñas. De las tres divisiones, el único 0 a 0 esta jornada, y el segundo que yo recuerde de la Rocco esta temporada.
En el campo estaban Sopelana (engrosando la aquilatada lista de porteros suplentes), Popper, Carlos, Nano, Toni, Tron, Saúl, Alberto, Diego, Juan V. y Ángel. En el banquillo, Meni, Juan y Jordi.
Pese a la aparentemente desahogada plantilla para el encuentro, el número de lesionados, convalecientes y semirecuperados que se pusieron a las ordenes de Jordi en previsión de que no hubiese gente suficiente nos debería llenar de orgullo y servir de exaltado ejemplo de las virtudes que conforman a un roccense, sacrificio, impuntualidad y nocturnidad.
El partido fue bronco, peleado. Como siempre el ímpetu desbocado de los roccenses aguantado por un equipo replegado y al contraataque. Destacó la actuación de Sopelana bajo los palos, y un recuperado Ángel que peleo mucho y en ocasiones se dejo llevar muy arriba. El campo no es grande pero aun así había mucho espacio en el centro que Alberto y Carlos se debían encargar de cubrir, ya que los interiores estuvieron prácticamente en línea con la delantera, lo que refleja una vez más que la Rocco necesita más que la retengan que la azucen.
En general la delantera cumplió como de costumbre, al igual que la defensa y Popper puso al público en pie, entre aterrorizado y admirado, con un caracoleo que se marcó al borde del área. Saúl volvió a correr, dicen las malas lenguas que es porque esta durmiendo algo en los últimos partidos y Meni, que entró en la segunda arriba, no pudo culminar su sueño goleador.
El partido fue tranquilo, y el rival bastante amigable, sin patadas demasiado innecesarias, aun así hubo tres conatos de apalizamiento que se solventaron con una roja a Popper.
El agua de las duchas estaba caliente, el día soleado, nadie se rompió, y el partido - anodino- pasará al olvido. La situación es desesperada, pero no grave.

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