Caronium 4- Rocco 5: Maestros del billar

(ADVERTENCIA: se agradecen correcciones y precisiones)

El viento paró súbitamente después de haber golpeado durante el día tejados y antenas. Pareció por un momento, que todo se detenía para presenciar el encuentro más desconcertante, en el frio y oscuro silencio de la Laboral.
El Caronium no pretendía más que rematar al lobo Roccense, aparentemente mal herido, pero la Laboral es tierra sagrada, y el lobo se reanimó para dar algunas dentelladas.
Eran once los Roccenses, se enfrentaban a una escuadra llena de refuerzos, con ganas de marcar, y cuyos números demuestran que igual que encajan abundantemente, pueden meter goles con la misma facilidad.
El partido comenzó con la típica salida roccense a lo toro bravo, que busca cornear rápidamente al tipo que brilla a la vez que menea el trapo rojo. Y así se dirigió la Rocco, robando la cartera a la defensa contraria, y amenazando, los diez primeros minutos, con la sorpresa. Sin embargo, y como suele ser habitual, este ímpetu bravo , fue permitiendo que las lineas se estirasen, dejando al bloque defensivo de la escuadra Roccense, enfrentarse al rápido contraataque de la habilidosa delantera Caroniumita.
Los habituales pronósticos se cumplieron, y en un desajuste en el repliegue, el delantero rojinegro, se escabulló entre la defensa y batió a Alex sin remedio.
La respuesta es fría, parece que se repite la fatalidad, sin embargo, la espina dorsal del ataque , sigue en la brecha y logra una incursión en campo contrario que permite a Alvaro batir al portero del Caronium, que solo alcanza a hacer rebotar el balón, que se introduce en el fondo de la red.
Se nota un cambio de humor entre los Roccenses, lo que se ve reflejado en un juego más agresivo, que culmina con un penalty claro sobre nuestro jugador, que Pippers se apresura a tirar.
Coge el esférico con decisión y en su mente se repite la frase "No soy Djukik". Como los grandes cracks, solo hay un sitio por el que puede lanzar el esférico, a la diagonal derecha, el mismo sitio del que los palos escupieron el balón, en el decisivo penalty de la tercera jornada.
Pero por suerte, en el Caronium no siguen la crónica Roccense, no conocen a Pippers, y a él no le tiembla el pulso. Sin pestañear bate al portero, haciendo que el balón casi roce la punta de sus dedos.
Parecía que se encarrilaba el partido, pero, después del gol vino otra pájara de la Rocco, que descentrada se enfrentaba al empuje de un Caronium enardecido. De nuevo, en una jugada sorpresiva, Aléx debe de agacharse para recoger el balón en el fondo de la red.
El empate, llega cerca del final de la primera parte, lo que permite a los de naranja y granate templar los ánimos y prepararse para continuar el extraño partido, que aún tenía mucho que mostrar.
El comienzo de la segunda parte refleja dos escuadras desordenadas, pero con ganas de marcar, la Rocco sorprende con un merecido gol de Hanna, de nuevo rebotando en los contrarios, he introduciéndose en la portería. El golpe parece haber aturdido al rival, que se obsesiona en atacar, como el boxeador noqueado que intenta alcanzar a un rival fresco con golpes al aire.
La Rocco no tarda en lanzar un gancho, que alcanza la mandíbula del Caronium que se tambalea, tras una jugada por la banda, (Onofre o Hanna o...) cruza un balón que rebota hacia la diagonal izquierda de la portería, y rebasa al portero, para encontrarse con un oportuno Carlos, que con el pulso de un cirujano, hunde el bisturí de cuero, en el corazón de la portería del Caronium.
Los de negro y granate, ven doble, las protestas se multiplican, mientras la Rocco esquiva ágilmente los golpes sin fuerza del rival, entonces, en un nuevo ataque, un balón queda colgado en el area, Juan lo encuentra y recuerda el sabio consejo de Ángel que resume la filosofía del fútbol, "tu, dale", y así lo hace con la izquierda, y el balón pasa por entre las piernas de un contrario, se abalanza contra la cara de otro, este realiza un raro gesto defensivo, que provee al balón de una extraña parábola y acaba por superar al portero.
Sea como sea, el 5 a 2 parece definitivo, y se nota una falta de tensión súbita entre los Roccenses, que lo dan por ganado.
El Presidente Alex, muy descontento con el juego del equipo, advierte, cual Casandra a Edipo, que aun quedan demasiados minutos como para confiarse. Su vaticinio se hace real, cuando, entreverado en las continuas quejas y faltas del contrario, van cayendo un gol y otro.
Efectivamente, el combate había que haberlo ganado por KO, pero los rocenses no supieron rematar la pelea y el rival consiguió reanimarse.
Varias jugadas anteriores y subsiguientes podrían haber sentenciado la contienda,, destacamos: Hanna, como poseído, se pasea solo por delante de la porteria, luego vuelve a pasearse solo hacia el lado contrario, y finalmente pasa el balón, que acaba siendo interceptado por el rival. Nadie entiende que le pudo ocurrir ¡¡¡Hanna buscando alguien a quien pasar!!!¡¡¡¡y solo, a cinco metros de la portería!!!! Los viejos del lugar decían, "é cousa do demo", y "botouselle a cabeza de punto". La explicación queda para los expertos en lo paranormal de la revista Más Alla.
Además de esta, Onofre se paseó igualmente por la portería contraria en varias ocasiones, Alvaro gano todos los mano a mano que tuvo sin llegar a marcar, Jorge, Juan... las ocasiones no faltaron pero aun así, se tuvo que pelear contra el cansancio para evitar el empate que de imposible, llego a parecer probable.
Otras incidencias: Jordi que volvía a la convocatoria se lesionó. Nos calleron cuatro amarillas más, con lo que el trofeo a la deportividad, tan deseado, se va alejando.
Nos queda la victoria, en un partido extraño, difícil de olvidar. La Rocco hace mucho que no veía tanto gol junto.

Próximo partido: Contra los terceros, pero no os dejeis engañar, pese a estar quintos por la cola, estamos a solo 5 puntos del primero:

3ª 8 22-nov 11:00 en RAÑOBRE: ROCCO - LAS CANARIAS

ESTADISTICAS: