Troula 2- Rocco 3. Uxes Shaolin soccer

Hay momentos en que se pueden extraer conclusiones de lo más trivial, los antiguos examinaban vísceras de cordero, quemaban ofrendas, u obsevaban llenos de temor como un cometa atravesada el firmamento como el carro de fuego de un dios que presagia cambios, a veces positivos a veces terribles y negativos.
Discutía acaloradamente con Eloy al terminar el partido sobre si ganar a los primeros de la tabla es o no es positivo, si marcar tres golazos y desaprovechar flagrantes ocasiones de gol es o no es un buen presagio. El examinaba las vísceras desparramadas de la Troula y veía claramente en ellas malos augurios, yo sin embargo le señalaba vehemente los pulcros intestinos y le mostraba una bandada de patos que volaban al sur como inevitable presagio de buena suerte. Nano, sentado en el banquillo, con su habitual seria media sonrisa, dejaba caer que el equipo no había jugado nada bien. Eloy indignado, me señalo con el puñal de los sacrificios, aun humeante con la sangre de la última victima Roccense y me acusó de ser demasiado positivo. Por supuesto, cuando se forma un grupo de “analistas de la situación” raras veces los unos se ponen de acuerdo con los otros, de hecho que esto ocurriese sería casi contranatura, pero luego, más tarde, tras la reglamentaria cerveza en la Green, curando las heridas de la batalla que podían ser curadas, me di cuenta que simplemente estábamos hablando de la Rocco desde dos puntos diferentes, yo veía a la Rocco en lo inmediato, en lo que ha hecho bien en un partido, en el germén que puede hacer que recobre la contundencia de la pasada temporada, ellos veían a la Rocco desde lo que es, por lo que cada partido inferior a este nivel es un mal partido.
La mañana era agradable en Uxes 2, la gente iba llegando poco a poco, algunos luciendo el maltrato de la noche que acababa de terminar quien sabe en que oscuro lupanar de la periferia, pero allí estábamos Tron, Jordi, Nano, Toni, Alberto, Ivan, Pris, Carlos, Eloy, Rafa, Michi, Seco, Juan Vidal y Bouzas. El árbitro un viejito entrañable nos contó la historia del anónimo que recibió tras la victoria roccense en otra temporada y el partido comenzó con un aquilatado banquillo, Jordi, Ivan y Juan Vidal.
En realidad la Troula no parecía ser el primero de la tabla, pero tampoco la Rocco es de fiar, hace tres partidos había perdido con los penúltimos de manera vergonzosa, para ganar de forma épica en el sintético de La Torre al ahora hundido Kaisers G en el que milita un conocido exroccense, y luego volver a perder con el Meirama despues.
El caso es que la Troula y su goleador “Negro” se encontraron con una agresiva Rocco que suele desperezarse ante las etiquetas de no-favorito. El primer gol llegó en una jugada de pinball que comenzó en la banda derecha para acabar en un complicado pase a banda que recibió Toni en un control excepcional en carrera perseguido por una mole que lo doblaba en altura. Sin más, con una simplicidad desconcertante, encajo una bolea desde la banda que cruzó la diagonal del area para acabar en el fondo del la red mientras el portero de la Troula se desplomaba mordiendo el polvo (un buen portero, por cierto). En declaraciones posteriores Toni sentenció, como sin dar mucho mérito al asunto “el defensa era lento”.
Igual que un catatónico en un psiquiátrico la Troula parecía inmóvil, y la Rocco seguía luchando sin poder asumir más que como suerte, el golazo que había noqueado al primero de la tabla. No tardo en llegar el dos a cero, un saque de esquina en la izquierda salio en lo que parecía un fallo de ejecución rasante al palo izquierdo, al que llegó Carlos que con una simplicidad difícil de digerir taconeó el balón que se introdujo imparable al fondo de la red. Troula fibrilaba, y la Rocco era incapaz de creérselo. En ocasiones, cuando los goles están demasiado lejos de lo que es asequible a un jugador normal, su efecto no es tan motivador como el de un gol producto de mil rechaces, empujado al fondo de la red en un mar de piernas y empujones. Cuando los goles son del calibre de los marcados, la sensación es que no es posible repetirlos, que no son fruto del esfuerzo. Quizás fuese ésto unido a la relajación o despreocupación por la defensa, que apenas faltando cinco minutos, la Rocco encajó dos goles, uno en una jugada que comenzó en fuera de juego, y tras este, el aturdimiento por el inminente empate, hizo que el empate se produjese en forma de falta al borde del área que Tron no pudo atajar en su inútil estirada.
Cierta apatía se veía en las caras de todos al descanso, quien sabe si los dos increíbles goles permanecían en el subconsciente como pura potra.
La segunda parte comenzó con cambios, entró Ivan por Bouzas, y entre tanto, mientras Bouzas nos relataba con cierto terror su dieta hipercalórica, entre cocido montañés y montañés en cocido, apareció el “quebradizo” Meni, en un gesto de ánimo hacia los suyos y desapego a las sabanas. No pudo ver, ironías del destino, como Seco, casi desaparecido en la primera parte, hacía valer su apelativo de el Ronaldo de Uxes cuando con un increíble zapatazo con el exterior, lanzó un chut que como si el mismo diablo lo llevase se curvó hacia la escuadra derecha para entrar a no mas de un palmo de distancia de la cruceta, los saltos de alegría se siguieron de la paulatina degeneración del juego de Troula, que ya no tenía más opción que reconocer que los dioses no estaban con ellos.
Carlos que acusa una lesión pide el cambio y sale por Jordi que espera dentro del campo poner orden al desorden que en la segunda parte evidencia el equipo. Juan Vidal sale por Michi en el ochenta (por cierto gran partido del delantero que se volcó en la ayuda al ataque más que en el remate), es este jugador el que protagonizará una jugada idéntica, en el mismo campo, en la misma portería, casi en todo, a la de un partido de pretemporada del año que entró Toni a jugar en la Rocco, en aquellos días, Toni corría la banda como el pasado Domingo, burlaba al defensa y lanzaba un potente disparo que el portero placaba a duras penas, el balón quedaba colgado y Juan Vidal, lo remataba cruzado, para hacer inútil la estirada del portero, siendo ese el primer gol de la temporada para la Rocco, y el último marcado por Juan Vidal hasta el presente. La jugada fue exactamente igual, solo que esta vez, inexplicablemente, el jugador tropieza y cae al suelo. Por suerte el partido acaba con la victoria Troula 2-3 Rocco y no hay que lamentar ese gol no marcado. Esta jugada propicio posteriores debates filosóficos en la GreenStreet, Juan Vidal decía que cómo era posible fallar ese gol, Seco añadía que en realidad no podía considerarse un fallo pues ni si quiera había llegado al balón, y Alberto le decía “hay que tener fe con el balón” y luego se preguntaba si un árbol que cae en un bosque solitario hace ruido, base de su libro de filosofía del deporte de próxima publicación. En fin cada partido de la Rocco es un espectáculo completo.
Últimas noticias, Popper apenas ha aguantado 9 jornadas sin la Rocco –las apuestas estaban entre las ocho y catorce semanas- pero vuelve inminentemente. Las teorías son variadas en el vestuario, las más populares son: Que la futbolina en vena le ha dejado de hacer efecto (el plus no es suficiente), que todos los fines de semana se quedaba abrazando a la camiseta del equipo sin levantarse de la cama o que el médico le recomendó una cura de estrés. Durante cada jornada, muchos han sido los comentarios nostálgicos sobre el silencio en el campo de fútbol incluso ha habido conatos de imitadores de Popper, pero nada como el autentico. Ya se sabe la frase, “cuanto más reñidos...”. No es un rumor más caballeros, olvídense de todo lo anterior, Popper vuelve.

Próximo Encuentro: a.d.c. Rocco - Caf. Tramway, Sábado 18 de Noviembre, a las 16:30 hrs. en Meirama